Mayor coordinación público y privada, fortalecimiento de la prevención en la población y un cambio, tanto en la planificación territorial como en el paisaje de las plantaciones, fueron algunas de las principales conclusiones de Foro debate.
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Los mega incendios ocurridos este año en distintas regiones de la zona central fueron los mayores de nuestra historia en una temporada de verano y los terceros a nivel mundial. Afectaron una superficie total de 518 mil hectáreas y arrasaron con cerca de 2300 viviendas. Esta situación motivó al Instituto de Bosques y Sociedad de la Universidad Austral de Chile a dialogar sobre este tema desde distintas perspectivas. Es así como además de académicos de la UACh se presentaron en el Foro debate representantes de CORMA, la 1° Compañía de Bomberos de Valdivia, PYMEMAD y CONAF.
El impacto
Las cifras que dejó la catástrofe fueron entregadas por el Prof. de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, Dr. Víctor Sandoval, quien señaló que el uso de suelo más afectado fue el bosque con un 75% del total de la superficie, seguido por praderas y matorrales con alrededor de 18%. Fueron casi 300 mil ha de plantaciones afectadas y alrededor de 90 mil ha de bosque nativo, siendo el bosque esclerófilo el más perjudicado. Mientras que el Dr. Teodoro Kausel, de la Fac. de Cs. Económicas y Administrativas de la misma casa de estudios, afirmó que el total de pérdidas de patrimonio forestal e infraestructura fue mucho mayor de lo que se ha dicho y podría llegar a los 1. 800 millones de dólares.
Plantaciones forestales
Según el investigador Luis Otero, este desastre es una oportunidad para hacer cambios. “La empresa, el Estado y las universidades hoy están conscientes de que se deben realizar cambios en la planificación de las plantaciones, y el gobierno al fin se ha dado cuenta de que éste es un problema grave y que el país necesita un nuevo servicio forestal, con capacidad para regular las plantaciones y mejor preparado”.
Respecto a las críticas que se enfocan en las plantaciones forestales, Otero, señala que éstas tienen su origen en los devastadores procesos erosivos que vivió el país hasta mediados del siglo pasado, donde se perdió el 78% de los suelos de la cordillera de la Costa producto de los incendios forestales y la agricultura del trigo. Hoy estos bosques son imprescindibles para el país, el empleo y el desarrollo nacional, sin embargo concuerda que es urgente realizar cambios ya que “el paisaje actual de plantaciones no es sostenible desde el punto de vista de los incendios”.
Mauro González, académico del ICBTe de la UACh, indicó que los tres factores principales que influyen en la ocurrencia de incendios son la preponderante ignición antropogénica (accidental o intencional), el clima y el combustible. Explicó cómo el cambio climático puede influenciar la ocurrencia de incendios. “Ésta es la década más cálida y seca de los últimos 100 años. Llevamos 7 años consecutivos de sequía intensa. Al comparar las últimas cinco temporadas con período previo, la extensión de la temporada de incendios ha aumentado casi en un 40 %, por lo tanto el impacto de la sequía ha sido importante”.
Respecto a cómo crear paisajes forestales más saludables señaló que es necesaria una “diversificación del paisaje forestal, no podemos tener una matriz de un solo tipo de cobertura, eso lo hace muy vulnerable a incendios, además a plagas y enfermedades”.
Educar para prevenir
Luis Otero destaca la labor educacional que se debe desarrollar para contrarrestar el desprestigio al sector forestal. Así lo expuso Angeline Castillo, profesional de Forestal ARAUCO y representante de CORMA, quien habló sobre el desafío de poner en valor al sector forestal y la labor de prevención que ha desarrollado el Programa Prevengamos el Bosque que abarca desde la VI a la X región, y a raíz del cual se ha disminuido la frecuencia de incendios mediante un trabajo de educación. “Entre lo que hemos logrado podría mencionar que en el año 2016 visitamos 40 mil casas a través de operativos puerta a puerta, 25 mil alumnos fueron capacitados, 30 mil personas asistieron a ferias y operativos sociales, y realizamos encuentros con la comunidad donde hablamos con carabineros, bomberos, municipios, etc.”, afirmó Angeline Castillo.
Otras presentaciones destacadas fueron las del Dr. Antonio Zumelzu, de la Facultad de Arquitectura y Artes, UACh, quien abordó el problema de la pérdida de poblados completos en los incendios, enfatizando en la necesidad de revalidar la planificación urbana sostenible como procedimiento fundamental para reducir la vulnerabilidad. El Dr. Juan Schlatter, por su parte, habló sobre el impacto y restauración de los suelos y aguas, dijo que muchos bosques quemados conservaron sus hojas y raíces, pero en otras zonas se requerirán obras como surcos en contorno para evitar la erosión. Jaime Maldonado, de PYMEMAD, se refirió al impacto y restauración productiva, y la necesidad de apoyo del Estado a los pequeños empresarios que perdieron cerca de 100 mil ha y más de 20 aserraderos. “Necesitamos aprovechar las maderas que quedaron en pie y apoyo para transitar a una industria de la elaboración de la madera, además necesitamos que se planten otras especies de valor para desarrollar la industria del mueble y molduras, no solo pino y eucaliptos”.
Alexis Villa de CONAF, describió que los incendios se desarrollaron en un corto período de tiempo, entre el 18 de enero y 5 de febrero. Fue un incendio de 6ª generación, con velocidades de avance de 8 mil ha de bosque por hora. Con respecto a la polémica de los súper aviones, deja en claro que éstos sirven en terrenos de topografía más suave y su uso principal debe ser para generar barreras con retardante de incendios.
Trabajo integral
Otero concluye que el hecho de que el sector forestal no tenga “un peso político” lo debilita frente a una situación de incendio que afecta la seguridad de extensas regiones del país. En su opinión, el sector forestal merece al menos una subsecretaría forestal y enfatiza la importancia de abordar el problema en forma integral, considerando los factores ecológicos, económicos y sociales. Osvaldo Vera, de Forestal Mininco y representante de CORMA, concuerda con esta visión. “Creo que el mensaje es uno solo. Lo que ha ocurrido marca un antes y un después. Hoy hay que mirar el problema de forma distinta y en eso resaltaría que la prevención es la herramienta que nos permitirá controlar estos mega incendios, la silvicultura preventiva, la discontinuidad del combustible, etc., pero también creo que esto nos enseñó que solos no seremos capaces de parar un incendio así, por lo tanto hay que unirse”. Se necesita una gran coordinación entre las empresas, la CONAF, las Fuerzas Armadas y por supuesto una ciudadanía educada y preparada.
Como conclusión queda claro que un mega incendio de estas características es imposible de controlar con los recursos actuales, con una población sin educación, con escasos recursos humanos, un brigadista de incendios por cada 100 ha y con plantaciones de gran uniformidad y continuidad en el paisaje.